¿Cuantas veces has elegido algo porque es lo que harías de normal? Nuestras elecciones, a menudo se ven coaccionadas por nuestras vivencias y hábitos, pero ¿y si un día decides que vas hacer todo lo contrario?, ¿qué pasaría?.
Te levantas y en vez de tomarte el café de siempre, decides que te vas hacer EL zumo de frutas, hoy te visten tus hijos y cuando salgas de trabajar vas a probar una clase de pole dance. (Seguramente pensarás que nuestro zumo, lleva aderezo, pero no). Una vez finalizado el día, tus conclusiones podrían ser que no te gusta la piña en el zumo, el pole dance es tu nueva afición y parece que tus hijos tienen mejor gusto de lo esperado. A veces vivimos encorsetados por la rutina sin pensar más allá y resulta que hay un mundo de opciones.
Como conclusión, vivimos con las reglas del juego marcadas por nosotros, pero igual que las seguimos a diario, podemos romperlas de la misma manera.
Piensa en tu negocio, te lo has imaginado siempre en una dirección y un día alguien te dice y si tomas otro camino, al principio puede que nuestra cabeza, animal de costumbre, diga no, no y no. Pero más tarde, si le sigues dando vueltas, puedes encontrar la chispa para destacar.