Eneida

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La i es amarilla.

¿Alguna vez has sentido un color? ¿Has saboreado una canción? Quizás todo esto te suene raro, pero hay personas que tienen esta habilidad, son sinestesicas.

¿Qué es la sinestesia? Es la capacidad de “mezclar” los sentidos. Pueden notar el tacto de un sabor, oler una canción o mientras ven un color pueden ponerle música.

Para algunos, esto nos suena a ciencia ficción y lo más cerca que vamos a estar de experimentarlo es, trasladarnos con nuestra mente a otro lugar mediante alguno de nuestros sentidos.

¿Por qué os contamos esto? Porque en el diseño usamos esa asociación de colores, texturas y formas para llevaros a algún sitio, quizás a vuestros sueños, o a una tarde de verano o algún recuerdo perdido y ahora encontrado.

Ojalá hacer de la sinestesia nuestra religión y la poesía nuestro credo.

Me pregunto con cuánta de esta gente

volveremos a estar o cuál será su nombre

si tendrán esta rabia común

por las malas jugadas de la vida

o esta felicidad momentánea

y dorada

que atraviesa los parques y las manos

si este espacio que ahora compartimos

será mañana otro si mañana seremos

quizá otros y nos conoceremos desde cero

y no recordaremos el momento

en que pisamos juntos estas plazas

la canción que sonaba en aquel saxo

aquel niño perdido que lloraba en el suelo

o la belleza fugaz

de los semáforos

en los que todo el mundo se besaba.

*Nunca, nada, nadie. Tres palabras terribles, sobre todo la última.*”

Antonio Machado

¿Alguna vez has sentido un color? ¿Has saboreado una canción? Quizás todo esto te suene raro, pero hay personas que tienen esta habilidad, son sinestesicas.

¿Qué es la sinestesia? Es la capacidad de “mezclar” los sentidos. Pueden notar el tacto de un sabor, oler una canción o mientras ven un color pueden ponerle música.

Para algunos, esto nos suena a ciencia ficción y lo más cerca que vamos a estar de experimentarlo es, trasladarnos con nuestra mente a otro lugar mediante alguno de nuestros sentidos.

¿Por qué os contamos esto? Porque en el diseño usamos esa asociación de colores, texturas y formas para llevaros a algún sitio, quizás a vuestros sueños, o a una tarde de verano o algún recuerdo perdido y ahora encontrado.

Ojalá hacer de la sinestesia nuestra religión y la poesía nuestro credo.

Me pregunto con cuánta de esta gente

volveremos a estar o cuál será su nombre

si tendrán esta rabia común

por las malas jugadas de la vida

o esta felicidad momentánea

y dorada

que atraviesa los parques y las manos

si este espacio que ahora compartimos

será mañana otro si mañana seremos

quizá otros y nos conoceremos desde cero

y no recordaremos el momento

en que pisamos juntos estas plazas

la canción que sonaba en aquel saxo

aquel niño perdido que lloraba en el suelo

o la belleza fugaz

de los semáforos

en los que todo el mundo se besaba.

*Nunca, nada, nadie. Tres palabras terribles, sobre todo la última.*”

Antonio Machado

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