Con el inicio del nuevo curso escolar, a todos nos ronda por la cabeza si hay otra forma de educar, si el sistema que llevamos siguiendo años se ha quedado caduco ¿Es hora de mejorar?
Podemos aprender a través del juego, el material lúdico-didáctico es una buena manera de adquirir nuevos conocimientos. ¿Quién no recuerda alguna anécdota histórica, la cual le pareció curiosa? Esos datos, salieron de un momento relajado, sin la presión de aprenderlo y vomitarlo en una lección.
A menudo encontramos libros interesantísimos, pero sin documentación gráfica que la acompañe, quizás para una mente, la cual, está tratando de entender el mundo que le rodea, sea necesario algo más. Podemos diseñar infografías, líneas temporales, juegos, dinámicas que les obliguen a levantarse de la silla y explorar, no hay límites. Recordemos, aprendemos antes a dibujar que a escribir.
Aprovecharnos del mundo digital, utilizar apps o videojuegos educativos, reorganizar las aulas dependiendo las necesidades del espacio. Puede ser tan sencillo como diseñar mobiliario multifunción, ligero y fácil de mover. ¿A qué estamos esperando?
La localización es crucial, no es lo mismo enseñar biología en un pueblo pequeñito que en una gran ciudad. Ahí es donde tenemos que echar imaginación. Por ejemplo, en un pueblo pequeño sería interesante plantear aulas al aire libre, juegos y yincanas, sin embargo, en una gran ciudad, en un lugar céntrico, quizás no tendría sentido, pero si lo tendría hacer una app de “conoce la fauna y flora de tu ciudad” donde los alumnos recojan hojas, plumas etc. en la zona donde viven y hacer una gran recopilación y búsqueda de información.
“Todavía no se han levantado las barreras que digan al genio : De aquí no pasarás”
Ludwing van Beethoven