Rápido, date prisa, se te escapa el tiempo, ¿a qué esperas?, ¿notas que te persiguen? ¡vamos!, ¡vamos!, ¡vamos!… vamos como pollos sin cabeza, de aquí para allá, sin parar, sin prestar atención, sin saber muy bien la finalidad.
Párate un segundo, piensa dónde vas, respira y disfruta del camino y si no es el que querías seguir, cámbialo.